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ITALIA

 

 

 

 

 Llega junio y ponemos rumbo a Italia, el destino de la última movilidad de este proyecto Erasmus que tantas alegrías (y trabajo) nos está dando. Italia es el país coordinador y por ello el broche final será allí. 

El viaje ha sido largo, aunque hemos hecho una parada estratégica en Nápoles. El equipo italiano nos espera en Policoro, una ciudad encantadora en la costa sur de Italia. Esta vez nos acompaña un sentimiento agridulce, por una parte la alegría de volver a encontrarnos con nuestros amigos del proyecto, por otra la tristeza al saber que no volveremos a vernos, al menos no en estas circunstancias. No obstante, el espíritu Erasmus hará su magia y hasta que llegue el momento de la despedida solo pensaremos en aprender, disfrutar y relajarnos en la playa o la piscina -que hace mucho calor en el "tacón de la bota".
Empezamos con las actividades el lunes a primera hora. Nos reciben en el ITSET Manlio Capitolo de Tursi. En el acto de presentación está también la directora del centro, aunque ya están de vacaciones y el centro está bastante calmado y silencioso. Justo después del acto empezamos con los talleres de formación. En este último paso aprendemos sobre el uso de las redes sociales sin poner en riesgo nuestra seguridad. Trabajamos por equipos, haciendo uso de nuestros perfiles en algunas de esas redes y exponemos nuestras impresiones al resto de equipos en inglés.
Como en el resto de movilidades, el trabajo del proyecto se combina con otras actividades más lúdicas. De hecho, estas actividades son las que más contribuyen a la convivencia entre alumnado de los distintos países. A estas alturas del proyecto existe un vínculo realmente especial entre los jóvenes que han podido participar y verles relacionarse hace que todo el trabajo y tiempo invertidos en él esté justificado.
El equipo italiano ha puesto mucho esfuerzo y empeño en que este sea un final por todo lo alto. Entre las actividades que han organizado tenemos una salida en barco por el mar Jónico, visita a las ciudades de Matera y Rabatana,  e incluso un taller de pasta con las "nonne" de Rotondella (la pasta no se podía comer, pero el momento fue verdaderamente entrañable).
Nuestra visita a Italia termina con una fiesta de despedida donde por primera vez vimos una pizza con patatas fritas, sí, patatas fritas.
Nos despedimos entre agradecimientos, muchas lágrimas y la firme promesa de volver a vernos.
Grazie Italia por haber contado con nosotros para este proyecto, por esta experiencia y por vuestro cariño y amistad. Forza Italia, a presto!

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